viernes, 20 de junio de 2014

El barco ebrio

Como yo descendía los Rios impasibles
No me sentía más guiado por mis amarradores
Los Pieles Roja les habían tomado por blancos
Habiéndolos clavados desnudos en los postes de colores

Estaba despreocupado por mi tripulación
Portadora de trigo holandés o de algodón inglés
Cuando con mis amarradores terminó su algarabía
Los Rios me dejaron descender a donde yo quería

En los chapoteos furiosos de las mareas
Yo, el invierno pasado, más sordo que el espíritu de un niño
!Yo corrí! Y las Penínsulas desprendidas
No han sufrido un tohu - bohus más glorioso.

La tempestad ha bendecido mis despertares marítimos
Mas ligero que un corcho baile sobre el oleaje
Que dicen llamar recolcadora eterna de víctimas
Diez noches, sin añorar el ojo necio de las linternas

Más dulce que al niño es la carne de manzanas ácidas
El agua verde penetró mi coraza de pino
Y las manchas de vino azul y de vomisuras
Me limpió, disolviendo timón y anclaje

Y desde entonces, yo me he bañado en el Poema
Del Mar, infusión de astros y de lactesciente
Devorando los azules verdes; en donde, flotación pálida y encantada, un ahogado pensativo a veces desciende;

En donde, tiñendo de un golpe las azulidades, delirios
Y ritmos lentos bajo los rutilamiento del día
Más fuerte que el alcohol, más vastos que nuestras liras
Fermentan los rojizos amargos del amor

Yo conozco cielos yaciendo en claros, y las trombas
Y las resacas y las corrientes: yo conozco la noche
El Alba asi como un pueblo de palomas blancas
Y vi lo que los hombres creyeron haber visto,

Yo vi el sol bajo, manchado de horrores místicos
Iluminando los largos fijamentos violetas
Parecidos a actores de dramas muy antiguos
Los flotes rolando a lo largo sus frisamientos vibratorios

Yo soñé en la noche verde con nieves brillantes
Besar metiéndose en los ojos mares con suavidades
La circulación de savias enuídas
Y el despertar naranja y azul de neones cantantes

Yo seguí, meses completos, parecidad a las vaquerías
Histéricas, la oleada al asalto de los arrecifes
Sin percatarme que los pies luminosos de las Marías
Puedan forzar los hocicos al Océano pujante

Yo choque, sabíais, con increíbles Floridas
Que combinaban con flores ojos de pantera en piel de hombre! Arco iris tensos como cuerdas
Bajo el horizonte de los mares, de glaucas tropas

Yo vi fermentar pantanos enormes, trampas
En donde se pudre entre los juncos todo un Leviatán
Las palizas de agua en medio de las bonanzas
Y las lejanías hacia las garras en cataratas


Glaciares, soles de plata, corrientes nacaradas, cielos de braza
Contragolpes horribles al fondo de golfos cafés
En donde las serpientes gigantes devoradas por chinchillas
Perecen, árboles torcidos, con negros perfumes

Hubiera querido enseñar a los niños esos dorados
De las corrientes azules, esos peces de oro, esos peces cantores
- Espuma de flores han encunado mi deriva
Y de imborrables vientos me han alado por momentos

A veces, mártir agotado de polos y zonas,
El mar, cuyos currucares hacían mi rodar suave
Hacía subir hacia mí sus flores de sombra de ventosas naranjas
Y yo quedé, como mujer arrodillada...

Casi isla, rebotando en mis bordes las querellas
Y las cuitas de pájaro clavador de cabellos rubios.
Y yo bogaba, cuando a través de mis lianas flojas
Ahogados bajaban a dormir, con retrocesos

Ahora bien, yo, barco perdidobajo el cabello de las anclas
Lanzado por el huracán en el eter sin aves
Yo cuyos Monitors y los veleros de las Hanses
No hubieran nunca rescatado a las carcasa ebria de agua

Libre, fumando, subido a brumas violetas
Yo quien huecaba el cielo fulgurante como un muro
Que lleva, mermelada exquisita a los buenos poetas
Líquenes de sol y mocos de azul

Quien corría, manchado de lunulas eléctricas
Plancha loca, escoltado de hipocampos negros
Cuando los julios hacían hundir con golpes de bastón
Los cielos ultramarinos de ardientes embudos

Yo quien temblaba, sintiendo lamentar a cincuenta leguas
El celo de los Behemoth y los Maelstrom espesos
Filadores eternos de inmovilidades azules
Extraño la Europa de ancianos parapetos

¡Vi archipiélagos siderales! E islas
Cuyos xielos están abiertos para loa bogadores:
¿Es acaso en esas noches que duermes y te exilias
Millón de pájaros de oro, oh futuro Vigor?

Pero, de verdad, ¡lloré mucho! Las Albas me afligen
Toda luna es atroz y todo sol amargo:
El agrio amor me ha inflado de torpes embriagueces.
¡O, que explote mi quilla!¡O, que vaya yo al mar!

Si deseo yo un agua de Europa, es la grieta
Negra y fría en donde hacia el crepúsculo embalsamado
Un niño echo un puño y lleno de tristeza, suelte
Un barco frágil como mariposa de mayo

No pude más, bañado de vuestras languideces, oh mares
Eliminar sus estelas a los portadores de algodón
Ni atravesar el orgullo de las banderas y de las flamas
Ni nadar bajo los ojos horribles de los pontones.

A Rimbaud
Por perfeccionar

Título original: Le Bateau Ivre (1871).






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